jueves, 27 de diciembre de 2012

Cargar a la novia, el rondín, y el 14 de febrero y CUENTO

Primero encontrarás el cuento ABEONA, escrito por OSCAR MEDINA CASTRO, Escritor y coach literario (sus datos al final de este post) léelo y después algo de contexto. Que en general explican las tradiciones de cargar a la novia, 14 de febrero, candelaria, el rondín de los pueblos y la forma de corazón<3 que es más bien otra cosa.

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Abeona

Sodalis libertus, sum
alicui hirci in faunibus.
Iuvi me cum vas vini.
Faunus

Más allá de dirigirme hacia la caverna del Ruminal, recinto donde purificaría al febril nervio del amor, anhelaba la licencia de Juno para unirme con Abeona. Y silbando el musical rezo de fertilidad con la vivaz expresión del ánimo, fecundo en alegría, escuché entre los arbustos una voz de cabra que con habla humana dijo:
⎯Amigo liberto, soy compañero de un macho cabrón en las faunalias. Ayúdame con un vaso de vino.
—Entonces, cierto es el rumor sobre los dioses que andan errantes por la clausura de sus panteones —comenté al fauno y atendí su demanda.
⎯Sí, ya no hay lugares de culto para ser venerados. ¿No te han dicho?, el ingrato papa Gelasio I emitió un edicto para prohibir nuestras fiestas ⎯sorbió la bebida, pidió más y siguió tomando de manera insaciable con la manía del sacerdote que se consagra.

Mientras el dipsomaniaco trasegaba el amable fermento en sus entrañas, yo me sentía desdichado por la noticia, pues la bendición de poseer entre mis brazos a la distante Abeona que siempre se aleja cuando la procuro, ya era imposible debido al decreto. Destapé el recipiente de reserva y bebí desconsolado. Cuando él se dispuso para tocar su flauta siringa, pedí silencio por el infortunio que recaería sobre nosotros por culpa de los conversos quienes han dejado de alabar a sus dioses. Entonces, por mi patética necedad, se acercó para verme cara a cara y las hilarantes facciones de su rostro se transmutaron en la bestialidad de un airado monstruo semicapro. Fui cautivo por el terror a la vez que su vigorosa mano me detuvo para evitar la huída, derramó vino sobre mí y una vez recobrada la serenidad sentenció providencial:
⎯Siempre que recibas la gracia de algún dios, será ésta causa de condena por otro. Dime, iuvenis pastor, ¿quieres ser desgraciado sin antes haber tenido la oportunidad de gozar la razón de tu inminente castigo?

Una vez que cedí ante el designio del señor de los pastores, me desnudé para recibir ferviente unción y continué bebiendo. Tras haber escuchado el alegre sonido de su inebriante fístula, dancé dulcísimo mareo que el ritmo meció con delicada embriaguez. Cuando el rubicundo líquido estuvo a punto de terminarse, puso sobre el suelo un falo ceñido con cuero cabruno y lo meó conjurando las siguientes palabras:
⎯Benedico per nudus, unctus et ebrius. Ve con tu amada y azótala con mano fecunda.
Después de haber recogido el venerable objeto, con el sólo tacto acaloró la febris cupditatis, profusa como la ardiente sangre de sacros cérvidos irrigada sobre el pene. Tenía los higos inflamados, mi órgano enardecido y el aliento jadeante. ¡Era necesario cuerear a ella con el goce de mi pasión!

Ya era de noche cuando sobrevine a su morada y consagré mi amor. Aunque se resistió al principio, después de golpear con fustigante miembro, cedió con la docilidad de una cabra que apetece críos. Y por el triunfo de la unión que el fauno favoreció, obsequié a ella el erguido monumento de la fecundidad.

A la mañana siguiente fui a buscarla para que me acompañase por una sacerdotisa consagrada a Juno y celebrar nuestras nupcias, según la tradición de estos días de fiebre. Mas, habiendo llegado a la rúa donde ella vive, escuché tumultuosos: “¡Memoria para la mártir! ¡Memoria para la mártir! ¡Memoria para la mártir!”

La gente se santiguaba con el signo de la religión impía ante el hallazgo de un instrumento maléfico para la corrupción del cuerpo y alma: la nudosa juntura del artefacto, semejante a las venas hinchadas por el flujo vital, al vientre de la madre tierra parecía horadar con penetrante empuje. En el alboroto había quienes proferían ensalmos para una virgen ataviada por el oprobio de cárdenas contusiones, abominable colorido con que se adornan las meretrices; y otros, oraban por la misericordia de Abeona que se suicidó debido a la pérdida de su castidad. Y yo, escuchando incesantes: “¡Memoriae martyrum! ¡Memoriae martyrum! ¡Memoriae martyrum!”

El rumor sobre su muerte oprimió a todo mi ser, no pude contener el llanto y me lamenté con el alarido de bestias inmoladas que se confunde con los ayes del alma. ¡Aullaba satírica bifonía! La multitud corrió despavorida por mis balidos en tanto que exclamaban: “¡El Demonio! ¡Allí está el maligno Februo! ¡El señor del infierno que violentó a la Santa Abeona!”

Huí con el salto ágil de la bestia para refugiarme en el nemoroso monte Palatino a la vez que recordaba, triste, las palabras que el fauno profetizó: “Siempre que recibas la gracia de algún dios, será ésta causa de condena por otro”.

Oscar Medina Castro

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Tres efectos de la gente altamente habituada:

Tradición 1) El rondín en los pueblos.
Tradición 2) Cargar a la novia
Tradición 3) San Valentín

Rastreando un poco en estas tradiciones, llegaras a Roma porque hasta googleando se llega a Roma.

Las tres tradiciones pueden encontrarse en... Las lupercales.

En Febrero (llamado así no se sabe si antes o después de esto) se realizaban las LUPERCALIAS!!! El mismísimo 14 de febrero.


Las Fiestas Lupercales eran, en la Antigua Roma, unas fiestas que se celebraban el día 14 o 15 del mes de febrero. Su nombre deriva supuestamente de lupus (lobo, animal que representa a Fauno Luperco) e hircus (macho cabrío, un animal impuro). Fueron instituidas por Evandro el arcadio en honor de Pan Liceo (también llamado Fauno Luperco, el que protegía al lobo, y protegía contra Februo, o también Plutón).

Un cuerpo especial de sacerdotes, los Lupercos o Luperci (Sodales Luperci o amigos del lobo) eran elegidos anualmente entre los ciudadanos más ilustres de la ciudad que debían ser en su origen adolescentes que sobrevivían de la caza y el merodeo en el bosque durante el tiempo de su iniciación en la edad adulta, lo que por aquel entonces era un tiempo sagrado y transitorio en que se comportaban como lobos humanos.

Se reunían el 15 de febrero en la recientemente encontrada gruta del Lupercal (más tarde llamada Ruminal en honor a Rómulo y Remo) en el monte Palatino. Según la tradición fue en este lugar donde Fauno Luperco tomando la forma de una loba, había amamantado a los gemelos Rómulo y Remo, y en cuyo honor se hacía la fiesta. La tradición cuenta que allí había una higuera cuyas raíces habían detenido la cesta en cuyo interior se encontraban los gemelos Rómulo y Remo.

Bajo la sombra de esta venerable higuera, la Ruminalis, celebraban el sacrificio de un perro y de un macho cabrío, animales que eran considerados impuros. Después se tocaba la frente de los luperci con el cuchillo teñido con la sangre de la cabra y a continuación se borraba la mancha con un mechón de lana impregnada en leche del mismo animal. Éste era el momento en que los lupercos prorrumpían en una carcajada de ritual. Luego cortaban la piel de los penes de los animales sacrificados en tiras, llamadas februa, que junto con la deidad sabina Februo, y el sobrenombre de Juno, Februalis (la que purifica), son los posibles candidatos a darle nombre al mes de Febrero. Con este aspecto y casi desnudos, sólo tapados con unas tiras de cuero, salían alrededor del monte Palatino donde golpeaban a todos los que encontraban a su paso. El ser azotado por las tiras de cuero de los luperci equivalía a un acto de purificación, y era llamado februatio.

Este acto de purificación comenzó en el reinado de Rómulo y Remo, cuando las mujeres romanas se hicieron estériles. Después de consultar el oráculo de la diosa Juno, en el bosque Esquilo, ésta respondió:

"Madres del Lacio, que os fecunde un macho cabrío velludo".

Y es ésta la razón por la que los luperci van desnudos uncidos en sangre de animales impuros (como si vinieran de caza) con pieles de lobo, golpeando con el látigo como si fuera un miembro viril. Al siguiente día se realizaban bodas en las que los cabrones cargaban a las hembras, honrando el rapto de las sabinas de Remo y Rómulo.

Para las mujeres, este rito aumentaba su fertilidad poniéndole las carnes de color púrpura. Este color representaba a las prostitutas de la época, en particular las que ejercían la prostitución sagrada con los lupercos en el Ara Máxima, también llamadas lupas o lobas. De este color vistió Helena de Troya para ofender a su marido Menelao, que como todos los reyes de la época, trataban como una esclava a sus mujeres. Hoy en día es color del feminismo.
Esta celebración la adoptó el emperador Justiniano I en el imperio de Oriente el año 542, como remedio para una peste que ya había asolado Egipto y Constantinopla y amenazaba el resto del imperio.

Las mujeres rondaban hacia un lado coquetamente tirando billetes o boletos de entrada. Y los hombres las golpeaban rondando hacie el otro. Tradición que en muchos pueblos se hace dando rondas al kiosko de las plazas. Cuando ellas corresponden tiran al suelo pañuelos.

Con el paso del tiempo el Papa Gelasio I prohibió y condenó, en el año 494, la celebración pagana de las Lupercales. Quiso cristianizar esta festividad y la sustituyó por el 14 de febrero, fecha en la cual murió martirizado un cristiano llamado Valentín, en el año 270 d. C.
(El cuento de Oscar justo e sitúa en esta época, nuestro héroea confunda a una virgen doncella con una loba)

Las lupercalias se trocaron pues en una procesión de candelas pidiendo, en cánticos y letanías la misma protección contra la muerte y la fertilidad que procuraba Fauno Luperco, ahora elevada a esperanzas de una vida y salud mucho más alta. A pesar de todo, esta procesión de las candelas desterró el rito pagano mucho más efectivamente que todas las prohibiciones anteriores.
Esta celebración se unió más tarde a la liturgia de la Presentación, por la referencia que Simeón hace, en su canto, a Cristo como "luz de las naciones", asociada a los cirios, antorchas y candelas encendidas en las manos de los fieles.

El 2 de febrero se cumplían cuarenta días desde que, en la época de San Ambrosio, se fija el 25 de diciembre como fecha del nacimiento de Jesús, también para desterrar el festejo pagano del culto al Sol.

El famoso corazón <3 emaquella época simbolizaba a la matriz fecunda, hambrienta de gestación, y se adornaban las calles de roma con ese dibujo en febrero.

Ah pero qué dichosa época!!! (:P).

Datos de Oscar Medina para coaching literario:

Cel. 044 55 31 08 29 82







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